La historia del arte es, la historia de la belleza. Belleza que se expresa en el deseo del artista, en los ojos del observador y por sobre todo, en el lazo que conecta, la exquisita comunicación que se establece entre el creador y el espectador que disfruta de ella. La obra de un lejano artista, puede oportunamente, desatar en nuestro espíritu los más apasionados sentimientos, llevándonos a descubrir ese factor común que nos hace partícipes de un mismo destino, el de ser seres humanos.