Cómo se conectan en la práctica las virtudes del emprendedor con el éxito en la Era de las Comunicaciones
El desarrollo de Internet, por su propia naturaleza favorece al emprendedor íntegro, idóneo, racional, productivo, creativo e independiente y potencia sus virtudes por la vía de la reputación, la transparencia y la comunicación. ¿pero en qué se fundamenta exactamente esta afirmación?
Éste es el primero de una serie de artículos en el que detallaremos cómo y por qué , cada una de las virtudes que caracterizan al emprendedor lo conducen a buscar y conseguir en interés propio y procurando su propio éxito, el beneficio de otros , siempre y cuando el medio en el que actúa no distorsione los resultados del proceso de ensayo y error , éxito y fracaso y de qué manera las nuevas circunstancias tecnológicas contribuyen a que ésto sea haga realidad .
¿Cómo se conecta en particular la virtud de la racionalidad con el éxito del emprendimiento en la Era de Internet? . En la primera entrega de esta serie de artículos brindaremos argumentos sobre la conveniencia, aumentada en la era de Internet, de cultivar no solamente nuestra propia racionalidad sino tambien de apelar ya no a la impulsividad sino a la racionalidad de nuestros potenciales clientes y contrapartes.
El perfil del productor
Comenzaré por definir con la mayor precisión posible, a qué clase de persona me refiero cuando digo emprendedor. Me refiero específicamente al emprendedor como manifestación viva de la personalidad del productor. Sin importar el rubro de cual se trate, el perfil del productor se caracteriza por:
"un compromiso que se asume con la creación de valor, por volverse ser auto-responsable por producir lo que uno necesita y desea" (Hicks ,20091)
Es decir, desde el punto de vista de los rasgos de personalidad, un productor es en principio quien espera poder producir o conseguir mediante su propio trabajo y habilidades aquello que desea o necesita para vivir. El productor no desea depender de la buena voluntad de otros para que satisfagan sus necesidades a cambio de nada ni se siente en el derecho congénito a lo ajeno.- El productor se vuelve emprendedor no sólo porque ama la creación sino tambien porque desea y necesita bienes y servicios que producen otros y decide que su forma de conseguirlos será crear y producir, a su vez, obras, bienes y servicios que espera que resulten de valor para otros, e intercambiarlos pacíficamente.- El productor, vuelto emprendedor, espera ser elegido por el valor que sus creaciones y productos tienen para otros. No espera que nadie sea obligado por nadie a elegirlo, ni a contratarlo, ni a seguir eligiéndolo cuando sus clientes ya no encuentren valor para ellos en sus obras, creaciones y productos.-
La descripción anterior puede disparar una catarata de juicios de valor a favor y en contra de la actitud del productor/emprendedor ante la vida. Pero ninguna de esas opiniones cambiará el hecho de que este perfil emprendedor existe; es felizmente una realidad palpable...y numerosa. El objeto de esta serie es estudiar cómo Internet favorece y potencia a la realización práctica de los ideales del productor/emprendedor que responde a esa descripción.
Volveremos sobre la actitud del productor en un próximo artículo, en éste sólo me interesaba mencionarla como introducción imprescindible al tratamiento de la racionalidad.
Racionalidad
Como definir la racionalidad cae muy fuera del alcance de estas líneas, me limitaré a citar a algunos de los referentes en los que me apoyo e incluir los enlaces para que quien esté interesado pueda profundizar en la fundamentación de estas definiciones.
Stephen Hicks define la racionalidad como: "el compromiso con el pleno ejercicio de la propia razón" y la conecta con la generación de ideas con base en el conocimiento de la realidad1
Para Ayn Rand la racionalidad es "el reconocimiento y la aceptación de la razón como la única fuente de conocimientos que un hombre puede poseer, su único juez de valores y la única guía para sus acciones" y .. "el compromiso de lograr la más completa percepción de la realidad al alcance de cada persona" y "una constante y activa expansión de la percepción personal, es decir, del conocimiento personal"2
Ayn Rand y David Kelley nos explican cómo nuestra mente integra la información que reciben nuestros sentidos para formar percepciones y cómo esas percepciones se integran en conceptos mediante la razón 3 y 4. Para simplificar, se podría entender ese proceso de integración como una continua yuxtaposición y contraste de lo que uno percibe a cada momento contra el resultado de todo lo percibido antes.- En una mente racional esa yuxtaposición continua de percepciones es filtrada a través de dos estrictos tamices : el reconocimiento de la identidad y el descarte de lo contradictorio.-
Ahora bien, Internet expone a cada individuo a un caudal turbulento y gigantesco de información, parcialmente contradictoria, parcialmente coherente. Una mente conceptual , hábil para descartar lo contradictorio, toma ventaja de este enorme caudal informativo que contribuye a una mayor velocidad, convergencia y riqueza en la formación de conceptos. Una mente concreta, meramente asociativa, toma menor ventaja del mayor caudal de información y a veces al contrario: sólo consigue confusión, saturación , acumulación de contradicciones , divergencia y consecuente disonancia cognitiva 5
Pero la racionalidad es un rasgo característico del carácter emprendedor 1: el emprendedor ejercita la racionalidad durante el proceso creativo , mientras recaba información para su proyecto , infiere lo que podría resultar de valor para otros, durante el proceso de ensayo y error, capitalizando racionalmente los pequeños fracasos.- Todos estos procesos en los que se pone en juego la racionalidad son al mismo tiempo acelerados y potenciados por los recursos a su alcance a bajo costo gracias a la tecnología de Internet, incluyendo miles de comentarios, quejas y expresiones de deseos de personas en relación al tipo de producto que se proyecta.
¿Y qué pasa del otro lado? Exactamente lo mismo! Internet ha erosionado , para bien, la tradicional asimetría de la información entre compradores y vendedores: los potenciales compradores de lo que sea, hoy disponen del mismo acceso a la misma cantidad de información, comentarios, quejas, expresiones y reputaciones acerca de los proveedores de bienes y servicios. De todo ésto por supuesto se ha escrito ya mucho, pero no necesariamente en los términos de Ética de la Virtudes del Emprendimiento 1 o en términos de intercambios voluntarios de Valor por Valor.
A todo lo anterior debe agregarse el dramático incremento del alcance geográfico y de las facilidades de búsqueda para dar con el cliente ideal para un emprendedor , o con el emprendedor ideal para un inversor o para un cliente.. Y por lo tanto la proporcional facilidad para reemplazar y prevenir a otros de los fiascos.
Un ecosistema favorable a la racionalidad antes que a la impulsividad
Se define así claramente un nuevo escenario en el cual la racionalidad lleva todas las de ganar, sostengo que por Internet, un emprendedor para el marketing de su producto deberá apelar a la racionalidad de sus prospectos clientes, y no a su impulsividad como es más tradicional en el mundo del broadcast.
Y no sólo en el marketing, desde la creación misma del producto el emprendedor tendrá que encontrar buenos motivos para pensar que cuanta más información disponga la gente sobre él , de su empresa, de sus obras y cuanto mejor conozcan la calidad y prestaciones de sus productos y sus servicios y más reflexionen sobre ello más razones encontrarán para juzgar por sí mismos , con independencia de criterio, la auténtica conveniencia de convertirse en sus clientes y mantenerse luego como tales.- ¿ por qué? Pues porque la gente efectivamente tendrá cada vez más información sobre él , su empresa, la calidad de sus productos y las buenas o malas experiencias de otros clientes a través de decenas, cientos o miles de comentarios , quejas y elogios hechos públicos en las redes sociales.- Algunas de esa quejas podrán ser injustas o mal intencionadas , muchos otros no. Algunos de los elogios a competidores y comparaciones serán deshonestas , muchas otras no. Para que su público pueda diferenciar unas de otras, el emprendedor deberá ofrecerle argumentaciones racionales.-
El precio que las personas están efectivamente dispuestas a pagar por la diversidad de productos y servicios creados por el emprendedor, en la medida en que no esté demasiado distorsionado por impuestos y regulaciones o subsidios, es la medida de la valoración del beneficio percibido por esas personas. Es la retroinformación del éxito y del fracaso. Las facilidades de e-commerce , ventas y subasta en línea aceleran y multiplican en varios órdenes de magnitud la disponibilidad y velocidad de esa información.-
Los riesgos de fracaso a los que se exponen los emprendedores e inversores, en la medida en que no están contaminados ni adulterados por rescates o subsidios gubernamentales a costa de terceros, hacen del fracaso un fenómeno esencialmente benigno y superable, productor de retroalimentación vital para el proceso de ensayo y error. La drástica reducción de los costos de puesta en marcha y ensayo del emprendimiento gracias a las tecnologías de Internet favorece la multiplicación prolífica de casos de ensayo y error, de éxito o ciclo de fracaso, reduciendo el costo del fracaso y facilitando la recuperación, reajuste del proyecto y reintento , y todo en medio de una drástica reducción del tiempo que insumen esos ciclos y consiguiente aumento de la velocidad. El resultado esperable es la aceleración de un proceso de evolución y proliferación emprendedora.-
El emprendedor prevaleciente , más que nunca en Internet será entonces el que logre producir e intercambiar un beneficio real para sus contrapartes , sean clientes, empleados, proveedores o inversores . siempre y cuando se mantenga Internet libre a todo intercambio de valor por valor en el que las partes se involucran por su propia voluntad y en el cual las partes salen ganando ya sea en términos materiales como psicológicos o espirituales , de acuerdo a sus propios criterios de valoración y suficiente conocimiento de aquello que están dando y recibiendo.
Se hace así una realidad práctica lo enunciado en 1957 por Ayn Rand:
Trato con los hombres como lo requiere mi naturaleza y la de ellos: por medio de la razón. No busco ni deseo nada de ellos, excepto aquellas relaciones que ellos quieren iniciar por su propia y voluntaria elección. Sólo puedo tratar con su mente y sólo por mi propio interés, cuando compruebo que mi interés coincide con el suyo. Si ellos no lo ven así, no entro en la relación; dejo que quienes no estén de acuerdo conmigo sigan su camino y yo no me aparto del mío.
Así llegamos a nuestra visión: Internet hoy nos acerca todos los recursos necesarios, a costos cada vez más accesibles, para llevar a la práctica a gran escala el ideal de la ética comercial del intercambio informado, fundamentado, libre y voluntario de valor por valor, caracterizado e impregnado por las virtudes cardinales: racionalidad, independencia, integridad, honestidad, justicia, productividad y orgullo
En la próxima entrega: La Independencia