IV. Un Código de Ética basado en el Emprendimiento

En conjunto, las virtudes y valores que figuran en la columna derecha de la tabla constituyen un código emprendedor para la ética de negocios. Ese conjunto de virtudes es una abstracción de la descripción de la actividad en el emprendimiento. Los pensamientos y las acciones de los emprendedores son elementos particulares de un conjunto general de rasgos de éxito. Esos rasgos de éxito del emprendedor son elementos particulares de un conjunto general de virtudes.

En términos históricos, la lista de virtudes es muy aristotélica (Aristóteles, 1984; véase en especial las discusiones de Aristóteles sobre el coraje en el Libro III, sobre el orgullo como la “corona” de las virtudes, sobre la veracidad y sobre la liberalidad con respecto al dinero en el libro IV, sobre la justicia en el Libro V, y phronesis o sabiduría práctica en el Libro VI de la Ética a Nicómaco1 ), y la lista tambien es muy objetivista (Rand, 1964)2 .

Una consecuencia importante de lo anterior es que una ética del emprendimiento contrasta con fuerza contra los códigos de ética dominantes en la literatura tradicional y corriente de ética empresarial. Un supuesto asumido en gran parte de la literatura es que el éxito según los criterios de los negocios y el éxito según los criterios éticos son cosas diferentes. Una consecuencia de este punto de vista es que los negocios son amorales y que la ética es algo que debe ser importado o injertado en ellos, o en el caso de ópticas más extremas, que los negocios son inherentemente inmorales y que el propósito de la ética es refrenarlos o restringirlos.

Por el contrario, el código de las virtudes del emprendedor conecta positivamente los negocios con la ética. En él se establecen las bases para una ética empresarial que parte de la premisa fundamental de que la práctica emprendedora exitosa contiene interiormente los recursos para desarrollar tal ética. Los emprendedores son personas que están orientadas hacia el éxito práctico. Los compromisos asumidos y los rasgos que les permitan alcanzar el bien, es decir, el éxito en la vida, son virtudes. Y las virtudes son la materia prima de la moral y de la ética. El emprendimiento es un vehículo particular para la actividad moral.

O para decirlo de otra manera: Cuando enseñamos las habilidades necesarias para el éxito práctico en los negocios, enseñamos la lista de la parte izquierda de la tabla. Cuando enseñamos virtudes morales, lo que enseñamos es la lista de la derecha. Y vienen a ser lo mismo: la moral es la práctica.

Otra implicación de lo anterior tiene que ver con completar la argumentación a favor de una sociedad libre. El teórico en ética debe ser un aliado del economista y del teórico político en esa argumentación. Los economistas trabajan los aspectos comerciales para una sociedad libre, y los teóricos en ciencias políticas trabajan sus requisitos constitucionales y de límites al gobierno. Sin embargo, mientras que los economistas y teóricos políticos de la sociedad libre han hecho un excelente trabajo, menos se ha conseguido en relación a la articulación, la argumentación y la defensa de una ética para una sociedad libre, y esto incluye a su ética de los negocios.

James Buchanan hizo la siguiente observación:

"Nosotros, los verdaderos liberales estamos fracasando en salvar el alma del liberalismo clásico. Los libros y las ideas son necesarias, pero no son suficientes para asegurar la viabilidad de nuestra filosofía. No, el problema radica en la presentación del ideal. Mi mayor tesis es que el liberalismo clásico no puede asegurarse suficiente aceptación pública cuando las voces que lo defienden se limitan a pragmáticos del “¿Cómo funciona?”... Una visión, un ideal es necesario. La gente necesita algo que anhelar y por lo que luchar. Si el ideal liberal no está, habrá un vacío y otras ideas tomaran su lugar. Los liberales clásicos han fracasado en la comprensión de esta dinámica” (Buchanan, 2002) 3.

El éxito emprendedor no es la totalidad de la ética, pero es un buen punto de partida para la ética empresarial. Los códigos éticos son importantes en lo social: Desarrollamos sistemas políticos y económicos para producir y proteger lo que creemos que es el bien y lo que creemos que es el bien depende de nuestro código moral. Y los códigos morales son cruciales en lo personal: el código de moral que uno tiene es nuestra guía espiritual — es aquello que uno piensa que lo mejor, lo más alto y lo más noble que define quién es uno y que hace emerger lo mejor de uno. Necesitamos un código moral que idealiza a las Carlys —no un código moral que nos impulsa a ser como las Janes o que se limita a atacar a las Tonyas.

La tesis fundamental de un código de ética del emprendimiento es que la ética empresarial debe centrarse en primer lugar en la creatividad, la productividad y el intercambio comercial. Los comerciantes creativos, productivos son individuos morales altamente realizados. Esto significa que la ética empresarial debe tomar seria y fundacionalmente al emprendimiento como fenómeno moral.

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  1. Aristóteles. 1984. Ética a Nicómaco.En Las obras completas de Aristóteles, editado por Jonathan Barnes. 2 vols. Princeton: Princeton University Press. 

  2. Rand, Ayn. 1964. “La ética objetivista.” En La virtud del egoísmo.New York: New American Library. 

  3. Buchanan, James. 2002. “Salvar el alma del liberalismo clásico.” The Wall Street Journal, 1 de enero.